Rodeados de tepuyes, ríos y sabanas, los de Urimán viven de la extracción del oro y del diamante y, cada vez menos, de la caza, la pesca y la recoleccion. Fotografías: Cortesía. |
El
jueves siete, a eso de las siete de la mañana, mientras buena parte del país
asistía a su penúltimo día de trabajo antes de arrojarse al relajo del Carnaval,
un grupo de habitantes de Urimán desarmó y amarró a 43 efectivos de la 51 Brigada
de Infantería “Paracaidistas”.
Los
“boinas rojas” aterrizaron en estos confines a mediados de enero como parte del
plan Arekuna para controlar la minería ilegal. Tres semanas después, los pemón capturaron
a los 29 hombres asignados al puesto militar. Eran las siete cuando aprehendieron
y ataron al primero. A eso de las nueve, ya habían sujetado incluso a los que
apenas descendían de un helicóptero hacia la Sabana. 43 en total.
Urimán
es el tercero de los sectores en los que se divide el pueblo indígena pemón; se
encuentra en el noroccidente de Gran Sabana, el municipio más al sureste de
Venezuela. Entre ríos, tepuyes, selvas y sabanas, Urimán abarca 12 comunidades:
Aripichi, Punta Blanca, San Miguel, Awarauká, Kapauré, Sabanita, Purpurkén, Los
Frijoles, Tirika, Itewekén y Abekrí y el propio Urimán.
En
este sitio, al cual prácticamente sólo se llega por aire, habitan 2896
personas. Por tierra, desde Santa Elena, Ikabarúa, vía Parkupí, la travesía se
prolonga a dos semanas de navegación fluvial alternada con caminatas de selva y
sabana. Los de Urimán viven de la extracción del oro y del diamante y, cada vez
menos, de la pesca, el conuco, la caza y la recolección.
Después
del mediodía, emitieron el Pronunciamiento Nro. 1, a modo de explicación con
respecto a la acción tomada. En una hoja tamaño carta, impresa en letras rojas,
los capitanes (líderes generales y comunitarios) de estos territorios manifestaron lo que sigue:
“El Pueblo Indígena Pemón cansado y harto de años de abuso, los
atropellos, la extorsión, el chantaje, tráfico de influencias perpetrados de
una manera descarada por efectivos castrenses, hemos levantado nuestras flechas
en protesta y declaramos nuestro total y categórico rechazo a todo lo antes
mencionado y mantendremos esta posición hasta que hagan presencia física en la
comunidad el vicepresidente del país Nicolás Maduro, los titulares de los
ministerios del poder popular para Energía y Minas, Ambiente, Defensa y Pueblos
Indígenas. En caso de controversias que puedan surgir con respecto a esta
posición antes mencionada se procederá a ser resueltas en base a nuestro
derecho propio y en nuestra jurisdicción, sin menoscabo a los derechos de
terceros”.
Junto
con la hoja impresa en rojo, los voceros pemón indicaron (sin identificarse
personalmente, dado el carácter colectivo de la protesta) que esta toma formaba
parte de un plan de acciones escalonado, pensado y ejecutado en demanda de
respeto hacia las poblaciones ancestrales, sus territorios y por la mejoras
inmediatas en materia de salud, educación, transporte y vías de comunicación.
El
viernes ocho un grupo del sector VI-Uairén tomó el Aeropuerto Internacional de
Santa Elena de Uairén. Así, los líderes pemón negociaron una serie de acuerdos
con el Alto Mando y el Ejecutivo, procedieron a la liberación de los militares
retenidos y devolvieron las armas.
Acordaron
que no se emplearán términos indígenas (como arekuna por ejemplo) para identificar operativos militares que “van
a arremeter contra los derechos indígenas”.
Según
el Diccionario Pemón (UCAB 2007) el
vocablo arekuna identifica a uno de
los grupos tribales que forman parte de este pueblo indígena y vendría de are, rata de agua, como parte de una leyenda
satírica.
También
se pactó la reactivación de los cupos de combustible para las comunidades
indígenas y se dijo que se someterá a su consideración cualquier modificación
al respecto.
Las
comunidades se comprometieron a trabajar la minería sin dañar los cauces de los
ríos y a velar por la prohibición del trabajo minero dentro de los límites del
Parque Nacional Canaima.
Entre
los pemón, hay quienes creen que sólo mediante tarén –ensalme, remedio mágico para bien o para mal- sus paisanos
de Urimán lograron neutralizar a los uniformados de las boinas. Que si algunos
de ellos fueron entrenados en Irán; Que si Clíver Alcalá (el jefe de la Región
Estratégica para la Defensa Integral Guayana, REDI Guayana) dijo esto o lo
otro; Que si escondieron las armas a tantos días de caminata.
El
lunes 11, en pleno Carnaval, los pemón comenzaron a discutir el reglamento de
los acuerdos logrados. Ese día el kilo de oro ya superaba el umbral de los 1000
bolívares y ninguno de los turistas que viajó a El Paují, al sur de la Gran
Sabana, al margen del Parque Nacional Canaima, pudo bañarse en su poza antes
ocre, inmensa, cristalina. Varios días antes, el trabajo minero la había
sedimentado casi hasta desaparecer.