Enrique José Gamboa Rodríguez tardó seis
minutos en morir, tras la bala mortal y su cadáver 24 horas en el sitio en donde fue abaleado.
Gamboa fue asesinado en Santa Elena de Uairén.
Santa Elena es la última ciudad venezolana hacia el sureste del país, una
población distante, se encuentra a 1350 kilómetros de
Caracas; aislada,
de los 36.000 kms² del municipio Gran Sabana, 30.000
kms² conforman el Parque Nacional Canaima; tradicionalmente tranquila, en donde hasta hace cinco o seis años se
podía vivir sin cercos eléctricos, sin cámaras, sin rejas en puertas y ventanas,
sin alarmas en los carros.
Gamboa tenía 22. Vivía en Ciudad Bolívar, la
principal ciudad de la entidad, a 850 kilómetros de esta frontera y, aparentemente, llegó a Santa Elena para
visitar a unos familiares.
El martes 26 de abril, pasadas las 10:30 de
la mañana, subió a un Mitzubishi Signo verde oliva, junto a un amigo. Cerca de la intersección
Kewey II-Cielo Azul los alcanzó una moto. Había cola. A 200 metros, seis
hombres reparaban con cemento los huecos sobre el pavimento y pedían dinero a
cambio. El motorizado circuló por la derecha y redujo la velocidad. A poco del
cruce, casi se detuvo y el parrillero disparó dos veces perforando el cristal
oscuro del Mitzubishi.
Faltaban 10 minutos para las 11:00 de la
mañana, según relató la encargada de un establecimiento próximo. La única de los
comerciantes entrevistados que logró recordar lo sucedido. Ella llegaba al
local con un trabajador. Él identificó las detonaciones y ella miró su relój.
Tras perforar el vidrio, una de las balas
penetró el cuello de Gamboa, mientras que la otra se introdujo entre las costillas
del conductor. Seis minutos después, Gamboa fue declarado sin vida por el
equipo de paramédicos que acudió al lugar y el chofer fue trasladado al
Hospital Rosario Vera Zurita y de ahí al General de Roraima, a 230 kilómetros
de la frontera.
Entonces, se inició la vigilia en torno al
cuerpo de Enrique Gamboa: mecates amarillos alrededor, policías y guardias resguardando
la escena del crimen, desconcierto, terror. En un pueblo en donde aún se muere
por causas naturales, impacta asistir a un primer asesinato a mano armada en
plena vía pública, a pocas cuadras de dos escuelas y un preescolar.
Santa Elena, en 20 años, pasó de albergar a
poco más de 10 000 habitantes a alojar a 26 000, la mayoría de ellos desplazados
-desde las zonas urbanas de la entidad y del centro y norte del país- por la crisis económica y
la inseguridad. En estos tiempos, quienes llegan vienen en su mayoría con la
ilusión de ir a las minas, de formarse en las colas de gasolina, de taxiar y de
vivir en paz. Pero como ellos también llegan quienes encuentran en estos
confines el lugar ideal para distanciarse de sus enemigos y de los responsables
de aplicar la ley.
El cadáver de Gamboa pasó el mediodía, la
tarde, la noche y media mañana dentro del Signo verde oliva. No se veía desde
afuera por lo oscuro de los cristales, pero ahí estaba. En Santa Elena no hay
una delegación del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y
Criminalísticas (Cicpc). En 2010, en un Cabildo Abierto, los asistentes
denunciaron a los funcionarios de ese cuerpo, asignados al lugar, por
extorsión. Luego, se movilizaron hasta las instalaciones sobre la Troncal 10 y
los exhortaron a salir del municipio Gran Sabana. El despacho del Cicpc más
cercano se encuentra en Tumeremo, a seis horas de viaje.
Un oficial
de una de las instituciones de seguridad que acudió al sitio del suceso explicó
que por este caso están detenidos dos sujetos, que estos ya fueron trasladados
a Ciudad Guayana para ser presentados ante los tribunales, que se presume que
el móvil del suceso fue un ajuste de cuentas por drogas. A propósito de la
demora del levantamiento del cadáver, explicó que el organismo facultado llegó
a Santa Elena en la mañana del miércoles 27.
Eran
aproximadamente las 10:30 de la mañana cuando una comisión del Cicpc trasladó el cuerpo de Enrique José Gamboa
Rodríguez al Destacamento de Fronteras 623 de la Guardia Nacional Bolivariana
(GNB) para examinarlo.
En su
edición del tres de agosto de 2013, el sitio web granciudad.net reseñó que el Ministerio
Público logró privativa de libertad para un hombre llamado Enrique José Gamboa,
de 19, por su presunta participación en el homicidio de siete personas y por las
heridas causadas a otras dos.
La noche del 26 de julio de ese año, EJG ingresó,
junto a un grupo de hombres armados, a un pool ubicado en la avenida España,
parroquia La Sabanita del municipio Heres, estado Bolívar. Él y sus
acompañantes dispararon y uno de los que se encontraba en el sitio les respondió
inmediatamente.
Los representantes del Ministerio
Público también señalaron a EJG por homicidio, en grado de frustración, contra dos
hombres de 25 y 35 años de edad. El Tribunal 1º de Control de Bolívar lo envió
al Internado Judicial de Vista Hermosa.
3 comentarios:
Buenas noches Sra. Morelia como esta. Habia extrañado sus comentarios en el Blog..Lamentablemente lo que reseña(me refiero a la noticia)aunque creo que no es de su agrado ni el de la mayoria de las personas que habitamos este bello pais,es una realidad inocultable y la cual logicamente debemos denunciar,cada uno desde su trinchera particular de lucha,y en nuestro caso, aqui en el estado Aragua, es el pan nuestro de cada dia,para nuestro pesar..Y sabe que lo que mas lamento es,que la mayoria de las victimas e inclusive los victimarios(los cuales siempre son victimas a posteriori) son personas jovenes que no sobrepasan los 30 años de edad en promedio...Yo le pido a mi Señor Jesus que cubra a este pais con su Bendita Sangre y nos libre de esta locura.Y a su Bendita Madre nos proteja bajo su manto...Dios la Bendiga a usted y a toda su familia.Gracias.
Buenas tardes hermano,
Gracias por tu lectura, por comunicarte y por esas palabras llenas de aprecio. De veras, para mí es muy importante contar con lectores como tu.
Gracias a usted Sra. Morelia por esas palabras,muy amable.Esta cronica tambien la subi a mi facebook y una cuñada me comento que la habia leido y hablamos al respecto.Gracias nuevamente.Dios la bendiga.
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