De ida. |
Descanso en el conuco. |
El salto. |
Aquilino. |
Aquilino con su "bombona de gas". |
Adelina prometió llevarnos al salto a cambio de ropa usada. Es común que
los pemón
truequen algún bien o servicio por prendas de vestir: plátanos,
cestería, orquídeas a cambio de pantalones, camisas, franelas, zapatos.
Llevábamos varios inviernos viendo ese salto, desde la Troncal 10, la
carretera que une a la Gran Sabana con el resto del país y habíamos decidido
verlo de cerca, de frente.
A Adelina la encontramos en su churuata, circular, de palma y bahareque
como es tradición. Entonces, lanzó una negativa rotunda: "No voy a poder
ir. Tengo menstruación y por ahí hay muchos hormigueros (osos) y ellos
persiguen a las mujeres con menstruación. Pero el muchacho los va a
acompañar".
En ese momento, desde la vivienda, oscura como la boca del oso, surgió el muchacho, armado con una escopeta -un hombre delgado, bajo, de camiseta, pantalón corto y botas plásticas a media pierna- y se interno en el caserío.
En ese momento, desde la vivienda, oscura como la boca del oso, surgió el muchacho, armado con una escopeta -un hombre delgado, bajo, de camiseta, pantalón corto y botas plásticas a media pierna- y se interno en el caserío.
"Va a buscar los cartuchos, dijo Adelina, por ahí hay, muchos tigres".
En el caserío, ubicado al fondo de la comunidad indígena de San Marcos de Agua Fría, a 30 kilómetros de Santa Elena de Uairén, habitan Avelino Manila, su mujer, que ese día salió a pescar, una hija de ambos y sus cuatro hijos; también viven allí, Aquilino, el muchacho, nieto de Avelino y Adelina, su mujer y, claro, la suegra de Avelino, una anciana encorvada cuya presencia etérea se mueve con la ayuda de un bastón.
Avelino tiene 81 años. Su mujer un poco menos. Juntos dieron vida a 11
hijos. Uno de los hombres murió. "En accidente de carro". Las seis
hembras están vivas. Encontré a Avelino leyendo un libro de Lengua Portuguesa
junto a tres de sus nietos. "Sólo leo las letras grandes. Las pequeñas no
las veo", confesó en un español pausado, perfecto. A sus nietos se dirigía
en su idioma, en pemón.
Durante veinte minutos, cruzamos la sabana que lleva a la selva.
Caminamos por una pica de indios. Los pemón caminan en fila, uno detrás del
otro, el hombre adelante y el resto de la familia detrás. Luego, nos internamos
en el bosque. Pisamos sobre su alfombra de hojas y, de repente, salimos a un
claro, al conuco.
Sin darnos cuenta, todos nos habíamos retrasado en el camino, en la
maleza, en el bosque, mientras el muchacho, Aquilino, ya descansaba en su
chinchorro de moriche, bajo el techito de palmas que levantó a un costado de
las yucas. Al vernos, se puso en pie y reanudó su caminata hacia el lecho del
río y luego hacia arriba.
Subimos sobre las piedras y las raíces descubiertas por el paso del río.
De pronto, Aquilino se adelantó. Lo encontramos sentando, contemplando el
salto. Ahí estaba la poza azul, helada y la primera de una escalera hecha de
cataratas. Escalándola, descubrimos una cortina de rocío y una poza plana, aún
más helada, aún más turquesa. "No nos gusta traer muchos turistas. Sólo
así, poquitos", dijo Aquilino.
Aquilino no se bañó. Pero siempre estuvo ahí. Aún cuando lo perdimos de
vista, estuvo, alerta, con su escopeta, olfateando la cercanía del tigre. Al
regreso, Aquilino, nacido en Urúe un caserío más alejado, hace 25 años, se
subió al hombro un enorme tronco. "Bombona de gas", bromeó y luego
nos confesó que jamás ha ido a la ciudad.
6 comentarios:
muy interesante el sitio pero dame mas pista para llegar,cuando manuel villegas estaba en el area de turismo en santa elena nos llevo a un salto majestuoso llamado el tigre, el cual no tiene tampoco referencias para llegar
Hola Adriano, Gracias por leer y comentar. Me imagino que te refieres a la Cueva del Tigre hoy muy popular por su cercanía a Santa Elena. De forma que con algún guía local llegarías sin problemas. Saludos,
Que linda historia! Seguro disfrutaste mucho en ese bello lugar!
Mi querida hermanita, fue un paseo maravilloso. A ti te encantaria. Un grandisimo abrazo,
¿Habrá oro en ese lugar?
Hola Samuel, Gracias por leer y participar. Fijate, creo que en ese lugar nunca se ha hecho mina porque es bello y armonioso. Por tanto, prefieron creer que ni oro ni diamantes hay en su interior.
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