El puente hacia Tukuyen, la mano de Vallita con un marupa, la abuela, el hito, Vallita y los envases Fotos: Morelia Morillo |
Hoy, finalmente, salieron los bachacos.
Los pemón los
llaman kaiwak. Así es como llaman a
esos insectos grandes que disfrutan –sin abusar porque causan estreñimiento- bien tostados al budare, con kumachí, todo sobre un pedazo de kasabe.
Las lluvias de
finales de abril son el indicativo inequívoco de que los kaiwak están por
salir. “Mañana no va a llover y van a salir los
bachacos”, se prometen la noche anterior.
Entonces, Vallita,
Milagros del Valle Suárez y su tía, anciana, valiente, vital, se levantan aún
más temprano que de costumbre y se internan más allá de su comunidad, más allá
de San Antonio del Morichal, por la vía de Tukuyén, hasta la línea de hitos que
separan a Venezuela de Brasil.
La abuela sale a
espantar las vacas. Vallita prefiere mirar de lejos. “Ese ganado es brasilero,
pero están en Venezuela”, dice Vallita.
Ambas caminan hacia
esas casas hechas de tierra roja, “porque las negras son las de los merupá (…) Los merupá son los que tienen alas y vuelan hacia la luz la noche
antes (…) Anoche los vimos”.
Las dos llevan suéteres
de manga larga, blue jeans gruesos y botas plásticas. Los pantalones van
cuidadosamente asegurados dentro de las botas. “Esos bachacos cortan pantalón,
cortan zapato de goma, se montan por todos lados”. Vallita lleva un morral y envase
pequeño con tapa. La abuela su wayare y un balde.
Antes de que salgan
los kaiwak, emigran los trakui, los dapi, avanzadas de soldados abriendo camino. Entonces, cuando el
sol se instala bien caliente, la marabunta lo invade todo. “Si salen a las
nueve, uno pasa como hasta la una recogiendo”. Y después, a caminar de vuelta,
a tostarlos y a comer.
“Ellos (los kaiwak) se mudaron. Vivían más cerca de la comunidad. Pero se han
ido hacia la frontera”.
6 comentarios:
Bellísima. Poética. Divertida y hasta misteriosa es esta historia. Usted, mi querida periodista de buena letra, como que ya tiene mucho de sabanera, misteriosa. Abrazo grande. Gusto leerte!
Ah, las fotos son hermosas
bello es leerte a ti, capaz de abrazarme en tan pocas lineas. Un abrazo,
Que bella historia y que bella manera de contarla! Emociona...
Hola mi Adrianita, mi amiga mas querida y mi lectora mas fiel. Emocionate mucho con estas historias de la Sabana, para que vengas a visitarme.
Un beso
Dios te bendiga y te guarde... La paz de Jesucristo repose en tu corazón... Felicidades
Amen Kaikuse. Gracias por pasar por este espacio que cada vez se me hace mas sagrado.
Morelia
Publicar un comentario