Vam
Vlierden se deshizo en agradecimientos, invito una ronda más, se sacó su
camiseta y se metió, como pudo, el presente revolucionario. Foto: Cortesía de Gaby.
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Joost
Vam Vlierden, holandés, subió al South América Overland http://www.southamericaoverland.com/ hace tres meses.
Al
parecer, paseaba por Copacabana, en camiseta, short y hawaianas y decidió adentrarse hacia Suramérica; así que trepó
al enorme Mercedes turquesa de placas inglesas.
En
el south lo acompañan tres holandeses
más. El resto de los viajeros son ingleses.
El
martes dos de abril, el gigante azul verdoso cruzó la Receita Federal Brasileira y la
Aduana Ecológica de Santa Elena de Uairén, paró en ambos puntos para que los
pasajeros chequearan pasaportes y se enrumbó, sobre la Troncal 10, hacia la
capital de la Gran Sabana.
Esa
noche, Vam Vlierden y su gente bajaron de sus habitaciones del Michell, el hotel de
los mochileros, al pequeño bar restaurante con techo de palma y vista a la
calle Urdaneta y ordenaron cervezas y pizzas. El pedido tardó.
Entonces, el holandés se levantó del banco de madera,
dio cuatro pasos y, a tropezones, pero
en español, le preguntó a la mujer de la mesa contigua en dónde podía comprar
una franela como la suya: blanca, con los ojos de Chávez impresos en rojo sobre
el pecho y el número 1 y el nombre del comandante –supremo-
de la Revolución Bolivariana grabados en la espalda.
Yirla,
la cumpleañera, apenas si había recibido un chocolate como presente. Le explicó
que esa prenda no se vendía, se repartía entre los militantes, titubeó, tomó un
sorbo más de cerveza, sacó una franela limpia, fue al baño y se despojó de la puesta.
Vam
Vlierden se deshizo en agradecimientos, invito una ronda más, se sacó su
camiseta y se metió, como pudo, el presente revolucionario; en cinco meses,
volará hacia Holanda.
2 comentarios:
Hola. Y como siempre, otro extranjero que se fue sin tener el más básico conocimiento de la historia económica y política del país, sin saber de precios del petróleo a través de los lustros, de FONDEN, de Acude versus Misión Robinson, de tantas cosas.
Milan Kundera hablaba de la imagología como reemplazo de la ideología.
Saludos
Como siempre, yo hago mis relatos, desde este rincón del planeta, para invitar a mirar más allá de los paisajes postales de la Sabana y tú una vez más das en la clave: no basta con mirar por encima. Gracias por seguir leyendo lascrónicas y por tus enriquecededores comentarios.
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