Los templos cristianos evangélicos y los supermercados chinos son los establecimientos de más rápida difusión y crecimiento en la Santa de Uairén de 2013. Foto: Morelia Morillo |
Vimihi, un seudónimo compuesto por las
tres primeras sílabas de los nombres de tres niñas de 10, 09 y 08 años, aún no
se explica “¿Cómo transformaron una iglesia tan bonita en un depósito de los
chinos?” Un templo cristiano en un almacén de detergentes y papel higiénico.
Ella llegó a la iglesia cristina
Hechos de la Biblia Abierta por su mamá y por el culto infantil de los jueves
en donde comparten cantos, bailes, chistes, abrazos, confesiones, una merienda
y ensayan obras de teatro como La maleta
de problemas.
La iglesia llegó a la urbanización
Brisas del Uairén alrededor de 2007; los pastores (la pareja que ilustraba la valla)
compraron un galpón sobre un costado de la Troncal 10, comenzaron por invitar a
los niños al plan vacacional sabatino, a las señoras al aerobic matutino y, en
la medida en que se multiplicó la feligresía, cambiaron los ventiladores por
aires acondicionados, el piso en obra limpia por alfombras, los bombillos al desnudo por una
iluminación tenue y acogedora y la fachada simple por un pórtico sobre cuatro
columnas de concreto doradas.
Vimihi, quien inicialmente se limitó
al culto infantil celebrado en el espacio familiar, acudió al templo, por primera
vez, para presentar la obra mediante la cual los pequeños fieles y su pastora
desmontaron los argumentos para no ir a la iglesia el domingo: la dureza de los
bancos, la programación dominical de la TV, la plancha de ropa, etc.
Una experiencia inolvidable, la
feligresía aplaudió al grupo y durante la oración colectiva una señora se fue
desvaneciendo hasta caer al piso sin golpearse; semanas más tarde, presentaron La maleta de problemas y “la misma
señora se volvió a desmayar, sin golpearse”.
Pero hace poco más de un mes, una
noticia tumbó a Vimihi: “Vendieron el templo a los chinos”.
Los propietarios del hipermercado de
al lado, que hace aproximadamente tres meses abrió sus puertas en esta frontera,
ofertaron 1300 millones de bolívares y, en cuestión de días, las sillas, el
púlpito, los aires acondicionados, las alfombras y los mensajes motivacionales de
las paredes dieron paso a los bultos jabonosos, a los pañales, a los
suavizantes y al papel toilette, las mercancías más buscadas por los brasileros
y sus reales que valen por 13.
“Pudo más el poder del dinero que el
poder de dios. Yo no voy más a esa iglesia”, dijo mamá.
Afuera, sólo quedan las columnas
doradas y los propósitos de esa comunidad religiosa impresos en uno de los
muros frontales. Adentro, la mercancía.
Los templos cristianos evangélicos y los
supermercados chinos son, muy probablemente, los establecimientos de más rápida difusión y
crecimiento en la Santa de Uairén de 2013.
3 comentarios:
Estuve leyendo tu forma de expresar las vivencias entre donde resides y Brasil; me inquieta en preguntarte a pesar que allá no has pensado residenciarte mejor en Boa Vista por tomar un ejemplo, es como irónico pero, yo soy de tu estado y aunque vivo en San Félix siento ese deseo en residenciarme definitivamente allá. Claro primero debería estar en Santa Elena de Uairen y desde allí agilizar lo concerniente a ello.
Puedo preguntarte también tu siendo periodista porque no escribes el nombre de "dios" en minúscula, quizá no compartes la idea de que él realmente lo es; mas sin embargo en varios de tus blogs lo note., el es Dios...espero saludarte personalmente cuando este allá, quizá Dios permita que me apoyes para contactar un inmueble en Brasil para vivir con mis dos hijos y esposa. Sigue escribiendo Dios te ha dado ese don. josemolina@hotmail.com
estoy por anzoategui y me permito deci que el periodismo de esta zona es obseno y cruel al vender su trabajo pues el que peor rela algo es el que destaca como columnista... pero usted.. es: objetiva, apasionada y sobre todo humana a la hora de redactar felicidades y gracias muchas gracias por su trabajo.
att. jose pineda
Sr. Pineda,
Gracias por leer y comentar tan favorablemente mi trabajo. Siempre lo digo: sólo por mis lectores vale la pena el esfuerzo. Feliz Año Nuevo!!!
Morelia
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