Gran Sabana no postal

Mi madre siempre dice que vivo "en el fin del mundo". Yo vivo en la Gran Sabana, en el sureste extremo de Venezuela, en un sitio tan distante
y tan distinto que hasta se me ocurrió quedarme a vivir. Los invito a conocer esa Sabana que experimento en mi cotianidad: la Gran Sabana no postal.

jueves, 14 de octubre de 2010

Aquí se habla “portuñol”

El portuñol no es nada perfecto, pero sirve para que los habitantes de esta frontera se comuniquen sin problemas (Fotografía: Morelia Morillo).
Lo que sigue es verídico.

La madre corredora recorre su ruta diaria entre la urbanización Brisas del Uairen y la comunidad indígena de Santa Rosa de Kamaiwá, sobre la vía que comunica a Santa Elena de Uairen con Villa Pacaraima, a Venezuela con Brasil.

Entonces, a la altura del  sector El morichalito, en la comunidad de San Valentín, la deportista amateur saluda a un grupo de estudiantes -uniformados de franela y pantalón azul- que espera por su autobús.

¡Buenos días!, saluda ella; Bom dia le responde una de las estudiantes;  Good morning, le dice otra. Las muchachas no presumen de nada. Cada una de ellas se expresa en su idioma, la una en portugués, la otra en inglés.

En esta frontera  se habla “portuñol”, una mezcla en medidas imprecisas de portugués y español, frecuentemente salpicada de inglés.

En los comercios, en las instituciones, en la radio local y en las calles, a uno y otro lado de la línea de hitos, brasileros y venezolanos aderezan la lengua materna con las palabras y el  acento del vecino y, misión cumplida, se comunican sin mayores dificultades.

Pero ahí no  queda la receta. Esta es la tierra del pueblo pemón que se extienden, sin detenerse en las formalidades políticos territoriales, sobre el oeste de Guyana y el noreste del Brasil.

Alrededor de la mitad, de los casi 50 mil habitante del municipio Gran Sabana, son indígenas pemón, la mayoría de ellos hablantes de su lengua ancestral.

Morichalito, el pequeño asentamiento indígena por cuyo costado pasa a zancadas la mamá corredora, fue fundado por un grupo de familias indígenas pemón provenientes de Guyana, hablantes del pemón y del inglés.

El asentamiento está conformado por una docena de casas de madera, tipo palafitos, construidas sobre troncos. Entre las viviendas destaca una obra más grande con bases de madera, techo de zinc y paredes de bloque. Es el templo adventista que han ido edificando poco a poco.

A comienzos de año escolar 2009-2010, en su primera reunión con los padres y representantes, la maestra de primer grado de la Escuela Integral Bolivariana “El Salto”, Velitze Aponte, consideraba que era urgente reforzar la educación intercultural bilingüe (español-pemón), pues muchos de sus estudiantes de ese momento eran indígenas.

Irónicamente, terminó su intervención con una anécdota: “Pasé varios días tratando de comunicarme con A, quien no se comunicaba ni conmigo ni con sus compañeros. Yo creía que hablaba pemón. Pero no, él habla inglés porque es guyanés”.  

2 comentarios:

Kepler dijo...

Muy interesante. Eso sí: espero que la gente consiga mantener un buen nivel en los idiomas que use. No soy un purista, pero me preocupa que al final los indígenas terminen tomando demasiadas palabras castellanas o portuguesas, que los venezolanos no logren hablar un español estándar y terminen como los que viven en Miami.
Una de las acciones claves es que todos los grupos procuren producir y mantener su lenguaje a través de la lectura y la escritura. Eso es un desafío particularmente grande en Venezuela y ante todo para las comunidades de las Primeras Naciones, que no escribían su idioma hasta ahora.

lascronicasdelafrontera.blogspot.com dijo...

Hola Kepler,

Se te extrañaba por acá.

Ya sabes como es, yo sólo trato de hacer de mis palabras un espejo de la realidad, sin hacer muchos juicios.

Como muy favorable, te cuento que desde hace un mes la Universidad Estadual de Roraima inició, ya formalmente es decir como un programa de extensión, su primer Curso de Portugués para Extranjeros con la idea de mejorar las capacidades de los habitantes d freontera venezolanos en el uso de su idioma.

Lamentablemente, del lado venezolano, aún no existe nada igual, a pesar de que ya son varias las universidades con presencia en la zona.

De nuevo, gracias por tu lectura, comentarios y, de antemano, por pasar las señas del blog entre aquellos a quienes pudieran gustarle los temas que aquí tratamos.

Saludos,
Morelia

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