Afortunadamente, consiguieron el dinero y pronto. Por convenio entre las autoridades de salud de ambas fronteras, se estableció un plazo de 48 horas para el retiro de los cadáveres. Foto: Cortesía |
Corre la primera semana de
octubre y, aún con el trago amargo en la garganta, los familiares de la joven
motorizada deben abandonar el Hospital General de Boa Vista y volver a Maurak para
juntar entre familiares y amigos 22 mil bolívares o el equivalente a 1200
reales.
Maurak una comunidad pemón
fundamentalmente adventista se encuentra aproximadamente a 15 kilómetros de
Santa Elena, la capital de Gran Sabana. La muchacha iba a bordo de una moto
cuando fue embestida por la muerte. Moribunda dio la batalla.
Seguramente, de inmediato la
llevaron al Hospital “Rosario Vera Zurita”, el único hospital venezolano de
esta frontera, pero -por algún motivo- fue referida al lado brasilero de la
raya.
Probablemente, ameritaba de
un especialista, de una tomografía, de exámenes específicos de laboratorio, de
la corrección de alguna fractura compleja o del soporte vital que brinda la
terapia intensiva. Nada de eso lo hay en el centro de salud venezolano. Tampoco
ambulancia.
La trasladaron en la unidad
de Salud Indígena hasta Boa Vista, Brasil, a 250 kilómetros de la raya. Allá se
dio por vencida.
Entonces, comenzó el cuarto
acto de la historia: la búsqueda desesperada de los 1200 reales.Luego, volver a Maurak para
juntar la plata. Correr hasta los trocadores de La Planta. Cambiarla a reales.
Y, entonces sí, tomar el primer por puesto con destino a la capital de Roraima
y cancelar los trámites, los gastos funerarios y el traslado.
Afortunadamente, consiguieron
el dinero y pronto. Por convenio entre las autoridades de salud de ambas
fronteras, se estableció un plazo de 48 horas para el retiro de los cadáveres.
De lo contrario, los servicios de atención brasileros tendrán la potestad de
sepultarlos.
Entre enero y los primeros
10 días de octubre murieron 23 venezolanos procedentes de comunidades
ancestrales de la Gran Sabana en alguno de los hospitales roraimenses. Para
volver a casa, con su cadáver, los familiares de cada uno debieron cancelar
1200 reales.
Al día de hoy, los
venezolanos compran electrodomésticos; los brasileros se abstienen de viajar a
Santa Elena; el real sube. Si algún venezolano, pemón o no, muriera hoy en Boa
Vista, Brasil, sus familiares tendrían que cancelar en reales el equivalente a
27 600 bolívares por concepto de gastos funerarios y papeleos. Sólo así el
cadáver podría regresar a la patria.
2 comentarios:
Qué bueno tu artículo, Moremore. Y qué desprotegidos estamos los venezolanos.
Gracias Perepepete,
Por leer y comenzar. Un abrazo...
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