Gran Sabana no postal

Mi madre siempre dice que vivo "en el fin del mundo". Yo vivo en la Gran Sabana, en el sureste extremo de Venezuela, en un sitio tan distante
y tan distinto que hasta se me ocurrió quedarme a vivir. Los invito a conocer esa Sabana que experimento en mi cotianidad: la Gran Sabana no postal.

martes, 26 de octubre de 2010

Kueka: 30 toneladas regresan desde Alemania a la Sabana

Kueka llegó a Berlín en febrero de 1999 (Fografía tomada de http://www.globalstone.de)

En noviembre, o bien después, Kueka, una roca de jaspe de 30 toneladas y 12 metros cúbicos, llegará desde Alemania su sitio en la comunidad pemón de Mapaurí, bautizada como Santa Cruz de Mapaurí, en la Gran Sabana, en el extremo sureste de Venezuela.

El mito
Los abuelos pemón cuentan que Kueka se enamoró de una muchacha y ella le correspondió. Apasionados, los dos jóvenes desconocieron las normas de Makunaima quien había prohibido la unión entre pemón de ramas distintas. El era taurepán y ella era makushi.

Ante la falta, Makunaima, figura fundacional de su pueblo, se enfureció y petrificó a la pareja. El uno próximo al otro. Así explican los indígenas el origen de la piedra abuela, la Kueka, la predecesora de todos los pemón.

A veces olvidada. En ocasiones recordada. Siempre sagrada. Kueka, la roca, permaneció cerca de Mapaurí, a 50 kilómetros de Santa Elena, la capital de la Gran Sabana, en el sector oriental del Parque Nacional “Canaima”.

El detonante
A mediados de 1998, el artista Wolfgang von Schwarzenfeld, llegó a nuestras costas al mando de su “Pegasus”, un velero de tres mástiles.

Se internó tierra adentro y seleccionó a Kueka –por su composición mineral, forma, y origen- como símbolo de América y del amor.

Su propósito era hacer un monumento a la paz en Berlín, exhibiendo en el Parque Tiergarten, en las cercanías de la Puerta de Brandenburgo, del Parlamento y del Monumento Conmemorativo al Holocausto, cinco rocas de 30 toneladas, cada una como emblema de un continente y de un paso hacia la paz.

Tras un acuerdo entre el Instituto Nacional de Parques (Inparques) y la Embajada de Alemania, la Kueka fue donada a la exposición Global Stone.

No pocos, indígenas y no indígenas, habrían participado de su aparatosa y sentida partida. Los obstáculos se habrían presentado en una de las alcabalas de la Troncal 10, la vía que conecta a la Gran Sabana con el resto del país, sobre el kilómetro 88. Sin embargo, Kueka zarpó a través del Orinoco rumbo a Berlín.

La polémica
Ya en 1999, las molestias por la pérdida de la piedra abuela trascendieron los límites de la tierra pemón y de las organizaciones no gubernamentales ambientalistas e indigenistas.

Ese año, Venezuela estrenó Gobierno y votó por una Constitución que consagró, en favor de los pueblos indígenas, derechos sobre sus territorios.

Las quejas despertaron el interés de los líderes del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), de los ministerios de Cultura, Relaciones Exteriores y Ambiente y fueron elevadas hasta llegar a lo más alto del gobierno alemán.

Los de Berlín, al saber de los reclamos por la partida de la piedra sagrada, se mostraron dispuestos a devolverla. Accedieron a hacerlo, siempre y cuando Venezuela costeara el regreso valorado para el año 2000 en 60 mil dólares.

En espera del desenlace
Una década más tarde, Ignacio Loyola, “Papalín, uno de los líderes de Mapaurí, asegurá que la Kueka regresarán en noviembre y que en la comunidad ya están preparando la ceremonia de recibimiento.

“Sea hoy, mañana o en un mes, no tenemos ninguna  duda de que ese elemento regresará al país, por  todo lo que hemos avanzado”, afirmó Héctor Torres, presidente del IPC, a través del Correo del Orinoco.

“Es un acto de justicia y una expresión de resistencia de los pueblos y establece una diferencia muy clara entre lo que era la ética de la Cuarta República y lo que es la ética del Gobierno Bolivariano, que se comporta completamente distinto frente a los derechos de los pueblos”, dijo.

7 comentarios:

Francesca Zumbo dijo...

Me parece justo que la piedra retorne a su origen y hermoso que transmitas que La Gran Sabana es más que postales. Gente como tu da vida a los espacios y proyecta la grandeza. Gracias por compartir esta interesante información. Estaré pendiente de lo que publicas y espero visitarte pronto. Por amor!!! es motivo de renuncia suficiente a la Urbe, pero no dejes de escribir, que leerte reconforta.
Un beso!!!

Claudia dijo...

Qué interesante historia More... Es una lástima que de todas las piedras que hay en nuestro país, se hayan llevado justamente esa, sagrada para los pemones. La idea de la exposición de las 5 piedras de los 5 continentes no me parece mala, pero sí que hayan tomado la Kueka, a pesar del descontento de los indígenas.. ojalá la devuelvan pronto!!
Y gracias por enseñarnos sobre la cultura de nuestros indígenas de la Sabana, que es tan rica pero que no siempre la valoramos como es debido..

lascronicasdelafrontera.blogspot.com dijo...

Fran, Clau,

Por amigas y entusiastas lectoras, como ustedes, vale la pena seguir escribiendo.

Me he tomado sus palabras como una vitamina para este cuerpo y este cerebro a veces agotado de tanta tarea doméstica.

Fran, diste perfectamente con el propósito del blog, comunicar el lado humano, real de la vida en este lugar, a veces tan divino, a veces tan profano y profanado...

Saludos y respetos,

Morelia

Lic. Liliana Daymar González dijo...

Conmovida con la historia y lo mejor instruida por tu pluma...Gracias More!

lascronicasdelafrontera.blogspot.com dijo...

Gracias a tí Lili, por estar siempre tan cerca...

Orquídea Sánchez Azorín dijo...

Según lo que vi en la pagina web del museo en la actualidad la piedra no tiene la mismas características que cuando fue extraída, falta saber si la reconocerán cuando vuelva.

lascronicasdelafrontera.blogspot.com dijo...

Hola Orquídea,

Efectivamente, el artista la modeló, dándole algunas diferencias en su apariencia, textura, color.

Ya veremos cómo la reciben los indígenas al regreso.

Gracias por leer y comentar, seguimos con contacto.

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