En
Santa Elena de Uairén pocos saben quién es Rodrigo Jucá, Aurelina Medeiros,
Dhiêgo Coelho o Xingú. Mas sus rostros son cada vez más familiares para
los 25 000 habitantes locales.
Santa
Elena es la última ciudad venezolana hacia la remota frontera sureste, una
modesta, congestionada y caótica capital municipal enclavada en la paradisiaca tierra
ancestral del pueblo pemón, la Gran Sabana; un sitio en donde conviven
indígenas, hombres y mujeres venidos de todo el país, brasileros, guyaneses y ciudadanos
del mundo en plan turismo o en plan permanencia.
Jucá
se postula como el vice gobernador por el Partido del Movimiento Democrático
Brasilero (PMDB) en combinación con Francisco de Asiss Rodrigues, Chico 40,
candidato a la Gobernación de Roraima por el Partido Socialista Brasilero
(PSB); Aurelina Medeiros aspira a ser reelecta como candidata a la Legislatura
Estadal por el Partido de la Social Democracia (PSD); Dhiêgo Coelho compite con
la intención de volver a ejercer como diputado regional por el Partido Social
Liberal (PSL) e igualmente Jane José Xingú Da Silva quien es candidato a la
reelección como diputado estadal por el PSL.
Roraima
es el estado más al norte del Brasil, de cara a Venezuela; la entidad tiene 488
072 habitantes, de ellos 306 444 están en la obligación de votar el próximo
cinco de octubre durante la jornada de elecciones generales de 2014; Boa Vista,
la capital roraimense, se encuentra a 250 kilómetros de Santa Elena;
diariamente, cientos de los electores roraimenses cruzan la frontera y llegan a
Santa Elena para comprar su ropa, sus víveres, sus cosméticos, sus medicinas,
su pan, su queso, sus jugos y sus perros, perros de raza ya vacunados.
Corre
septiembre de 2014, en Venezuela se aplican estrategias anti contrabando de
extracción, el que se realiza de a poco, por pequeñas y medianas partes, en los
bolsos personales, en las maleteras de los vehículos particulares. De momento,
el flujo de brasileros hacia Santa Elena es considerablemente menor, pero, por
cada real, los vecinos reciben cada vez más bolívares en las calles o al cambio
en mercancía en algunos de los locales comerciales.
Cuatro
candidatos se disputan la Gobernación de Roraima; seis aspiran a ser el único
senador de Roraima; 79 desean ser uno de los ocho diputados federales y más de
400 pugnan por uno de los 24 cargos de la Legislatura Estadal. De los casi 500
candidatos, muchos trascienden la frontera para hacerse con las preferencias de
aquellos que residen en el país de al lado y de los que simplemente andan de un
lado al otro para hacer sus compras.
La
ciudad es pequeña, pero con una exagerada circulación de vehículos venezolanos
y brasileros, pues aquí no hay transporte colectivo. Los carros son el soporte
de difusión electoral más empleado. Los micro perforados y las calcomanías de
mediano tamaño abundan.
De
cada 10 vehículos brasileros, de placas grises, que circulan un lunes de
septiembre de 2014 por la calle Urdaneta de Santa Elena de Uairén, al menos
cuatro llevan propaganda y, en la medida en que se acerca el cinco de octubre,
aumenta la cantidad de carros de matrículas venezolanas con micro perforados en
sus parabrisas traseros o con adhesivos en sus puertas.
Se
dice que la mayoría de los conductores acceden a llevar propaganda por dinero,
por 100, por 200 reales, por 1000 ladrillos, por una nevera, por un potente aire
acondicionado, un bien tan ansiado en el caluroso Roraima como en el fluctuante
Gran Sabana. Todo depende del respaldo económico del candidato, de sus
posibilidades de éxito, de lo que tenga a su disposición. Sin embargo, ninguno
lo admite. Aseguran que lo hacen por amistad, por cultivar buenos contactos.
Por
lo pronto, los rotulados se hacen en Boa Vista. No obstante, el propietario de
una de las principales casas de trabajo gráfico de Santa Elena advierte que es
sólo cuestión de tiempo el que los vecinos pasen a este lado con la finalidad
de encargar sus micro perforados pues en bolívares el metro no pasa de Bs.
2000, mientras que en reales el precio se pierde de vista.
Waldir
Vieira De Souza, “Amazonas”, quien fuera candidato a concejal por Pacarima, el
municipio brasilero fronterizo, garantiza que cuando él coloca propaganda en
una vivienda venezolana, el propietario declara -por escrito- que no está
recibiendo nada a cambio y que con los choferes se hace por convenio, sin pago
de por medio, si bien no se firma declaración alguna.
Esa
es su manera de trabajar, pero admite que seguramente hay candidatos que
piensan distinto, que están dispuestos a pagar en dinero o en mercancías a
cambio de votos, pues efectivamente hay políticos procesados por su supuesta
incursión en ese tipo de delitos, porque supuestamente pagaron cientos de
reales a quienes se pronunciaran a favor de ellos o de sus fórmulas.
Como
nunca antes, Santa Elena se encuentra inundada de propaganda electoral
brasilera, de los códigos, nombres de batalla y promesas básicas de los
contendores: Xingú, por ejemplo, tiene un pequeño cartel en las cercanías del
auto lavado de El Salto, el más concurrido de esta frontera, ofreciéndose para
continuar trabajando; Jean Frank,
también aspirante a la reelección para la Legislatura Estadal observa a los
comensales de la panadería más popular, la preferida de los brasileros, con los
dientes improvisadamente en rojo y el llamado “Todos juntos por Roraima”.
A
un lado del tramo de la Troncal 10 que lleva a La Línea, a la altura de Brisas
del Uairén, Marcio Junqueira invita a votarlo como diputado federal asegurando “Coragem e Fé” y desde el mismo retiro
vial el Sargento Damosiel se presenta como el “Amigo de sempre”.
En
el sector oeste de Brisas del Uairén hay un poste de la red eléctrica formal
que sostiene un afiche de Luciano Castro, candidato a senador por Roraima por
el Partido de la República (PR).
La
espléndida sonrisa de Shéridan y su “Amor por Roraima” da la bienvenida a los
clientes de una de las bodegas más surtidas en la prolongación de la calle
Ikabarú, una de las zonas más frecuentadas por los brasileros. El encargado del
local aseguró que un compadre colocó los afiches, sin dinero a cambio; muy
cerca Aurelina Medeiros destaca en la fachada de una vivienda y apenas a unos
metros la inmensa fotografía de Chico
Rodrigues tapiza la puerta de cristal de dos
hojas de un restaurante. Uno de los empleados contó que efectivamente hay
quienes pagan por este tipo de propaganda, pero que, en el caso de ese
establecimiento, la dueña es brasilera y conoce al candidato, lo hizo por
mantener buenos contactos, relaciones.
En
la urbanización Los Apamates, más conocida como Bachaquero, Marilia Pinto,
ofrece su “Força de Mulher” para
actuar como diputada estadal.
En
el Casco Central de Santa Elena, aún hay postes ataviados con la imagen de
Manolo Vallés, el alcalde reelecto del municipio Gran Sabana y paredes con las
señas de Mabel de Parra, quien llegó tercera en la contienda por la Alcaldía en
noviembre pasado e igualmente comienzan a verse las pegatinas de los candidatos
brasileros.
En
las Cuatro Esquinas, el cruce de las calles Bolívar y Urdaneta, en donde
ofrecen sus servicios la mayor cantidad de trocadores (cambistas) hay un afiche
adhesivo de la Dra. Moncada que dice “Nela
nós acreditamos” es decir “En ella nosotros creemos” y otro de Anchietta,
el gobernador saliente y ahora candidato a senador por Roraima como parte de la
fórmula de Chico 40. Y en la medida en que se aproxima el cinco de octubre, los
carteles y pegatinas son cada vez más.
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