Gran Sabana no postal

Mi madre siempre dice que vivo "en el fin del mundo". Yo vivo en la Gran Sabana, en el sureste extremo de Venezuela, en un sitio tan distante
y tan distinto que hasta se me ocurrió quedarme a vivir. Los invito a conocer esa Sabana que experimento en mi cotianidad: la Gran Sabana no postal.

viernes, 8 de abril de 2016

El paludismo sale de las minas y llega a Santa Elena de Uairén



Esta enfermedad, tradicionalmente asociada a la selva y a la actividad minera ilegal, se hace cada vez más recurrente entre los habitantes de la capital del municipio Gran Sabana. Los especialistas explican que esto se debe a la movilización de los enfermos, a la desforestación de los bosques cercanos, a las fallas en los tratamientos y fumigación. Fotografías: Cortesía y  Morelia MRs




Evelio Sánchez, David Bonalde, la pequeña hija de Georgina Torres y Benjamín Soto Mast apenas si han ido a una de las tantas minas ubicadas en el municipio Gran Sabana, el más distante hacia el extremo sureste venezolano.

Mala suerte o causalidad. Los cuatro y docenas más de los que habitan en Santa Elena de Uairén, la capital municipal, padecen o recién acaban de padecer de paludismo o malaria humana, una enfermedad que en Venezuela se relaciona -casi exclusivamente- con los yacimientos de oro y diamante del sur de los estados Bolívar y Amazonas, los territorios más salvajes, los más prístinos del país.

"Las mayores epidemias en nuestra historia han estado fuertemente asociadas a la explotación desorganizada de oro y diamante en el sur y sur oeste del país", se indica en el sitio web del Ministerio del Poder Popular para Salud.

En el texto, colgado a propósito del 25 de abril, Día Mundial de la Malaria, se documenta que anualmente ocurren 200 millones de casos y que aproximadamente 660 mil personas mueren, la mayoría de ellos son niños.  

Pareciera que en donde los hombres y mujeres deforestan e intervienen el curso de los ríos, enceguecidos por la ilusión del oro y los diamantes, surgen ejércitos de mosquitos anófeles que los infectan con parásitos. Pero que algo ha cambiado. Ya no sólo del interior de la selva brotan los mortíferos insectos.

Finaliza marzo, la sequía atribuida al fenómeno de El Niño se posterga y las temperaturas se disparan, incluso durante la noche, en la precariamente urbana Santa Elena de Uairén, una ciudad de entre 25 a 30 mil habitantes. Entonces, a los diagnósticos de zika y dengue entre las personas que viven y trabajan acá, entre aquellos que no suelen ir a las minas, se suman los de malaria.

Durante la semana epidemiológica número 12, la última del mes de marzo, el Servicio de Vigilancia Epidemiológica del Hospital Rosario Vera Zurita contabilizó entre las dos parroquias que conforman el municipio, Gran Sabana sección capital e Ikabarú, un total de 371 casos, si bien los registros no discriminan entre los infectados en una u otra zona de la jurisdicción.

De los 371 casos, 272 padecen del tipo Vivax, 47 del falciparum y 52 de ambos es decir son casos en los que la sangre vista al microscopio reveló que el paciente se encuentra infectado con los dos tipos de paludismo que se presentan en la zona. Durante la semana epidemiológica número 12 del año 2015, el Servicio contó 79 casos de Vivax, 35 de falciparum y 58 mixtos, para un total de 172 casos.

Hay además otras dos comunidades, en donde históricamente no se presentaban casos de paludismo y en donde recientemente existen docenas de enfermos: Chirikayén y El Paují, ubicadas a 47 y 80 kilómetros de la ciudad fronteriza. Dos sitios altos, antes frescos y cada vez más cálidos en donde poco o nada se practicaba la minería y en donde cada vez más se realiza esta actividad.

En el Servicio de Vigilancia Epidemiológica se cree que este cambio en la localización de la malaria se debe primordialmente a la sequía generada por el fenómeno de El Niño y a los cambios de temperatura. Explican que en un ambiente cálido el mosquito vive más y durante esas horas extras logra picar a una persona enferma, entre aquellos que llegan de las minas y luego infectar a una persona sana, entre aquellos que residen permanentemente en Santa Elena.

El personal de Epidemiología no descarta que esta modificación obedezca a la desforestación de los bosques próximos, pues el mosquito vive en zonas boscosas.

En Santa Elena, se deforesta con fines urbanísticos, agrícolas o mineros, En los últimos 18 años, en Santa Elena se han consolidado al menos 18 invasiones, en las orillas de los ríos, sobre espacios boscosos o morichales y desde hace cinco años o un poco más existe una gigantesca mina en los límites entre la comunidad de Maurak y La Planta, un barrio urbano. La mina colinda con la bloquera de la Alcaldía del Municipio Gran Sabana.  Empujados por la necesidad y la ilusión de riqueza, los mineros van secando y sacando de tajo inmensos árboles y convirtiendo el río en un lodazal.

Adicionalmente, los adscritos a Epidemiología no poseen ni carros, ni equipos, ni químicos para fumigar, dependiendo así del apoyo de sus colegas brasileros.

A mediados de marzo, en virtud de la emergencia declarada en Brasil ante la proliferación del virus del zika, las autoridades epidemiológicas de ese país comisionaron a sus funcionarios y siete camionetas fumigaron el flanco venezolano de la frontera. Desafortunadamente, las fumigaciones posteriores no se hicieron en los tiempos óptimos. Ahora, se sabe que por petición de la Alcaldía de Gran Sabana, los brasileros van a enviar dos camionetas más, muy probablemente hacia las zonas mineras que es en donde hay más malaria.

La proliferación del paludismo en la zona urbana de Gran Sabana ya se dio una vez, durante la sequía que se prolongó entre los años 2011-2012. Pero en aquel momento sólo se diseminó el Vivax y la temporada seca duró menos. Ahora, en La Planta, El Hospital, La Bolivariana, Cielo Azul, Guayabal, La Orquídea y Puerto San Rafael, barriadas y urbanizaciones que ocupan las márgenes del río Uairen, hay personas sufriendo fiebres altas, escalofríos, dolores musculares y de cabeza.

Como no son mineros, los infectados ni siquiera sospechan acerca de la posibilidad de sufrir de este mal, lo cual los expone durante más tiempo a la presencia del parásito en su torrente sanguíneo. Por tanto, la recomendación es contundente: de momento, todo habitante de esta frontera que lleve más de tres días con los síntomas mencionados, debe hacerse una gota gruesa.

En la Unidad de Malariología Demarcación I de Santa Elena de Uairén aseguran que el origen del problema son las personas mal curadas, quienes al llegar de las minas son picadas por los mosquitos que luego infectan a los habitantes de la localidad, un factor al cual se suman las altas temperaturas, "el mosquito es más virulento, vive más, pica más, aunado a que no tenemos vehículo, no tenemos cómo fumigar", explicó un funcionario mientras mostraba la Toyota sin cauchos, varada en las afueras de la dependencia en dónde se realizan los exámenes y entregan los tratamientos. "Vea como estamos, con eso se lo digo todo".

Los exámenes y los tratamientos son gratuitos. Sin embargo, no siempre las dependencias de salud están en capacidad de colocar en manos del paciente, desde el momento del diagnóstico, la cantidad total de pastillas que debe tomar.

Pedro Clauteaux, especialista en malaria con años de experiencia en la zona, cree que el problema radica en las personas mal curadas, portadores de un parásito que posteriormente es transmitido por el anófeles a una persona sana, incluso fuera de la zona comúnmente vinculada a la acción de estos insectos.

Explicó que -eventualmente- si llegan tres pacientes el tratamiento se reparte entre los tres y se les pide que vuelvan por el resto. No obstante, uno regresa en el tiempo indicado, el segundo retorna con retraso y el tercero no vuelve porque se siente bien, pero, en determinadas condiciones (como, por ejemplo, sequía, calor y fallas en cuanto fumigación) puede transmitir la enfermedad.

Evelio Sánchez, profesor universitario, no ha ido a una mina jamás. Por eso, para él sigue siendo "un misterio" en dónde se infectó. "Dicen que fue allá, en la Aldea Universitaria", que funciona dentro del Fuerte Roraima. "Lo que sí es verdad es que fue de alto riesgo porque me dio una malaria mixta".

A comienzos de marzo, por su edad, por los números que arrojó la revisión de sus plaquetas y por las deficiencias del Hospital Rosario Vera Zurita, fue trasladado al Hospital General de Boa Vista, la principal ciudad del brasilero estado de Roraima, a 230 kilómetros de Santa Elena de Uairén.

Allá permaneció hospitalizado durante 10 días, con hidratación y tratamiento intravenoso. Perdió peso y aún se está recuperando.

David Bonalde, 18 años, estudiante de Ciencias Fiscales en la Universidad Nacional Experimental de Guayana (UNEG), no pensó que el dolor de cabeza y la fiebre, siempre a una misma hora, de los que sufría podían ser paludismo.

"Yo jamás he ido a una mina". Ya llevaba una semana con los síntomas cuando, por recomendación de un familiar, decidió hacerse la prueba y efectivamente se encuentra infectado por el parásito identificado como Vivax.

Se le indicó un tratamiento combinado de cloroquina, una píldora blanca y primaquina, una píldora marrón, que le causan mareo, debilidad y malestar estomacal, pero tan pronto como comenzó a tomarlas se sintió mejor.

Aunque tampoco ha viajado a una mina, Georgina Torres, madre de una niña de seis años, si asoció el dolor de huesos y la fiebre de los cuales sufría su hija a los síntomas propios del paludismo.

En enero, la pequeña de 32 kilos ya se había infectado del Vivax y ahora la prueba de laboratorio arrojó que se encuentra infectada también por el falciparum. En La Orquidea, la barriada en donde viven, hay otros familiares, incluso niños, que han regresado de las minas enfermos de paludismo. A la niña, quien pesa 32 kilos, "el tratamiento le causa nauseas porque es muy fuerte".

Benjamín Soto Mast, músico y productor audiovisual, fue a la mina hace cinco años. Viajó hasta los yacimientos de Salto Hacha, en la parroquia Ikabarú, para filmar unas imágenes, pero desde entonces no ha regresado.

A finales de marzo, comenzó a sentirse mal. Fue al Centro de Diagnóstico Integral (CDI) en donde fue tratado por una infección urinaria, sin embargo, el malestar continuó. Al hacerse la gota gruesa, lo sorprendió el diagnóstico: Vivax y Falciparum. Él cree que, probablemente, si tenía una infección en la orina, pero, con toda seguridad, su malestar se debía a una malaria mixta. "Es muy fuerte, ni siquiera el dengue, en todo momento pensaba que me iba a morir".

En La Planta, en la barriada aledaña a la mina, se sabe al menos de tres casos más de paludismo: una chica joven, madre de una bebé de seis meses; una niña de tres años y un anciano. Este último murió durante la última semana de marzo. Tenía diabetes, le dio paludismo y al mismo tiempo sufrió un infarto.




13 comentarios:

Unknown dijo...

Hola morelia, espero en Dios que usted se encuentre bien llena de salud y prosperidad, le escribo estas letras para pedir su ayuda.... Próximamente voy a viajar hasta la ciudad de Manous con un propósito pues quiero participar en un programa de voluntariado con una ORG. Pero al ver que la linea de buses que salen de puerto ordaz es tan costosa quería saber si en Santa Elena existe algunos buses que salgan de allí? ....y más o menos cuanto es el precio? Disculpe las molestias ocasionada. tambien y aprovechó para felicitarla su postura como comunicadora social en su blog , me parece genial su labor en mismo.... Viva el trabajo... Vivan las cosas buenas.

Unknown dijo...

Esperó su pronta respuesta

Morelia Morillo dijo...

Hola Franyer, Gracias por leer y comunicarte. Desde La Línea, primera localidad brasilera ubicada a 15 km de Santa Elena, tienes dos alternativas para ir a Boa Vista: el carrito por puesto te cuesta 40 reales y el autobús 22. Desde Boa Vista puedes conectar hacia Manaus, pero no sé en cuanto está el pasaje desde allá. Saludos,

Anónimo dijo...

! Así somos ¡(lamentablemente)

Primero colocamos comentarios que no tienen que ver con el articulo y segundo cuando cortésmente recibimos una respuesta no tenemos la educación de agradecer la misma.

Morelia siempre se ha caracterizado por una excelente labor y a la postre en colaboramos con este tipo de inquietudes validas si se quiere, pero como dice el refrán lo cortés no quita lo valiente, espero que esta persona haya realizado su viaje manaos con el propósito que expuso.

Gracias More, a pesar de la falta de urbanidad del usuario.

hermano alfonso. dijo...

Excelente Sra. Morelia la informacion es muy importante para todas las personas que deseen viajar a esa zona,la subi a mi facebook para compartirla con otros. Yo vivo en aragua y aqui la situacion con los medicamentos esta un poco dificil.Por ejemplo la vacuna contra la fiebre amarilla esta bastante restringida. Aprovecho para preguntarle si tiene conocimento de si a las personas que vayan a cruzar la frontera y no la tengan puesta le es suministrada por las autoridades de Brasi.Gracias. feliz Semana!.Dios la Bendiga,

Morelia Morillo dijo...

Buenas tardes Alfonso,

Gracias por leer y comunicarte. En la actualidad, las autoridades brasileras no están solicitando la vacuna y durante estas etapas en que no la exigen tampoco la aplican en el paso fronterizo. Pero en el Hospital Rosario Vera Zurita de Santa Elena casi siempre disponen de ella.

Saludos,

hermano alfonso dijo...

Gracias Sra. Morelia,muy amable.Ojala cuando tenga la oprtunidad de visitar esa zona del pais pueda conocerla a usted y al Sr. Scott.Dios la bendiga.

Unknown dijo...

Buen día amiga,me encanto el documental.Soy enfermera y actualmente estoy en el servicio de Malariologia con el suministro de medicamentos.He observado lamentablemente que muchas de las recaídas es por la inconstancia de los pacientes para buscar el tratamiento.Actualmente donde estoy aplicamos la modalidad de que el usuario debe asistir diariamente(si esta en condiciones de caminar),para darle las pastillas,esto es debido al trafico y venta de dichos fármacos,ya que personas inconscientes han usado estos medicamentos para lucrarse,vendiéndolos incompletos o sin ningún tipo de control de asistencia sanitaria para el afectado.Saludos.

Morelia Morillo dijo...

Rossiel
Agradecida por tu lectura y por tu valiosísimo comentario. Efectivamente, mientras en los hospitales falta eventualmente el medicamento contra el paludismo, en las zonas mineras de la Gran Sabana hay particulares que lo venden.

Morelia

hacc dijo...

Hola Sra. Morelia gracias por el articulo, mi padre en su juventud trabajo en una de esas minas, enfermo de paludismo y casi muere, el se encontraba en una ranchería de mineros, si no es por un helicóptero que traía comida y lo llevo no hubiese nacido yo, gracias Morelia por la investigación mas comprobada aún.

hacc dijo...

Hola Sra. Morelia gracias por el articulo, mi padre en su juventud trabajo en una de esas minas, enfermo de paludismo y casi muere, el se encontraba en una ranchería de mineros, si no es por un helicóptero que traía comida y lo llevo no hubiese nacido yo, gracias Morelia por la investigación mas comprobada aún.

Morelia Morillo dijo...

Harnol,

Gracias a tí por leer y por tu testimonio. Saludos

calleygabhart dijo...

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